Videojuegos y música (Parte 1)
- Euzariel
- 8 dic 2019
- 2 Min. de lectura
Llevo mucho tiempo queriendo hacer algo relacionado con este tema, pero no tenía demasiado claro qué forma darle. Podría limitarme a recomendar mis compositores o bandas sonoras preferidas, aunque creo que no quedaría del todo satisfecho con el resultado. Tras darle muchas vueltas he decidido dividirlo en partes con el objetivo de dejar la posibilidad de añadir tantas como se me vayan ocurriendo en un futuro y para que la lectura de las mismas no se haga excesivamente pesada. Espero que lo disfrutéis y os ayude a conocer algo nuevo.
Probablemente todos hayamos llegado alguna vez a algún artículo o vídeo que mencionaba el manido debate de si los videojuegos son arte o no. Cada uno de nosotros llegará a una conclusión o a una respuesta diferente para esta cuestión, pero creo que todos podemos afirmar que la música que acompaña a cada una de nuestras horas de juego no solo es un componente esencial de la obra, es arte por si misma y una de las mejores formas que tiene el medio para transmitir emociones y construir sus mundos.
La canción de la creación, idiomas de otros mundos
No son pocos los juegos que incluyen en sus bandas sonoras canciones con letra, canciones cantadas en idiomas muy diversos, desde inglés, japonés o latín hasta malayo.
Algunas veces, las lenguas que conocemos no parecen ser suficientes, los mundos en los que transcurren las historias que se nos quieren contar son tan ricos que gozan de sus propios idiomas, e incluso en algunas ocasiones las propias canciones son parte fundamental de la narrativa.
El mejor ejemplo que me viene a la cabeza es la saga Ar Tonelico, en la que Akira Tsuchiya se encarga de dar forma a un lenguaje propio conocido como "Hymmnos", con claras influencias del inglés, japonés o alemán. Este peculiar idioma es un elemento central en la historia de los juegos, pues se emplea para interaccionar con antiguas reliquias y los personajes (con voces tan conocidas como Akiko Shikata, Haruka Shimotsuki, Noriko Mitose o KOKIA entre otras) cantan para poner en marcha los engranajes de la trama. La banda sonora de la saga consta de una gran cantidad de canciones que mezclan hymmnos con algunas partes en japonés y ofrece una experiencia sensorial inolvidable.

Otro brillante ejemplo lo constituye el universo de Drakengard/Nier creado por Yoko Taro. Emi Evans, la cantante más reconocida de la saga, se encarga de darle forma a lo que se conoce como "lengua del caos", ya que el equipo de compositores encabezado por Keiichi Okabe no quería canciones con letras tradicionales, sino algo que fuera capaz de representar mejor el mundo de los juegos. Con este propósito, Evans inventaba palabras inspiradas en múltiples idiomas, imaginándose cómo estos sonarían dentro de 1000 años. Probablemente vuelva a hablar en otra ocasión de la banda sonora de la saga y otros trabajos de Okabe, por lo que no me extenderé más.

Como cierre, y aunque los ejemplos del uso de idiomas ficticios en videojuegos son muy numerosos, en The Legend of Zelda: Skyward Sword podemos escuchar la balada de la diosa, compuesta por uno de los principales compositores de la saga, Koji Kondo, y cantada por la propia Zelda en un idioma que sería hyliano o uno de los precursores del hyliano más reciente de la cronología.

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